Misas

La Santa Misa es la forma de oración más alta. Por ello, es bueno ofrecer Misas así como rosarios para nuestras familias, parroquias y para el mundo. El día 25 de cada mes ofrecemos Misa para todos los miembros del Rosario de Niños y para todos quienes ayudan al grupo.

En nuestro primer aniversario comenzamos a ofrecer Misa el primer sábado de cada mes para la renovación de la oración familiar. En nuestro segundo aniversario comenzamos una nueva iniciativa de oración para seminaristas. Desde entonces, tratamos de ofrecer una Misa el primer día del mes para todos los seminaristas, pidiendo que crezcan en santidad y que nos guíen a todos en amor. También ofrecemos Misas durante el año por intenciones particularmente especiales para el Rosario de Niños. Si desea ofrecer una Misa para el Rosario de Niños por favor envíame un correo electrónico blythe.kaufman@childrensrosary.org

Nuestra Santísima Madre, un lugar de refugio

Nuestra Santísima Madre está siempre guiándonos hacia su Hijo. Ella no quiere nada de la gloria para sí misma, en lugar de eso, ella toma nuestras manos y nos lleva por el camino más directo hacia su Hijo. Sus últimas palabras fueron registradas en las Escrituras de las bodas de Caná, cuando dijo: “Hagan todo lo que Él les diga.” (Jn 2,5 NAB).

 

Nuestro Señor desea ayudarnos dándonos su propia Madre quien lo nutrió y lo sostuvo a Él como a un niño y quien luego lo abrazó en la cruz después de su último sacrificio por nosotros. Nuestra Señora siempre tiene sus brazos extendidos a sus hijos… llamándolos hacia ella y a través de su intercesión al corazón amoroso de su Hijo, Jesús.

“Antes, por tí mismo, no podías. Ahora, has acudido a Nuestra Señora, y con ella, ¡qué fácil!” (San Josemaría Escrivá)

Nuestro Señor ha elegido a Su madre como un “canal místico, su acueducto, a través del cual Él hace Sus misericordias para fluir suave y abundantemente.” (San Luis María de Montfort en el Tratado de La verdadera devoción a la Santísima Virgen)

El Catecismo de la Iglesia Católica también reconoce a “la Santísima Virgen como Madre de Dios, bajo cuya protección se acogen los fieles suplicantes en todos sus peligros y necesidades” y reconoce “la devoción a la Santísima Virgen como un elemento intrínseco al culto cristiano.” (Catecismo 971)

Si alguien teme por dar demasiado honor a María, San Luis María de Montfort dice: “No damos nunca más honor a Jesús que cuando honramos a Su Madre, y la honramos simple y exclusivamente para honrarlo perfectamente a Él. Vamos a ella sólo como un camino que conduce a la meta que buscamos – Jesús, su Hijo.” San Maximiliano Kolbe hace eco a este sentimiento, “Nunca tengas miedo de amar a la Santísima Virgen demasiado. Nunca la podrás amar más de lo que Jesús lo hizo.”

Dibujos hechos a mano por Alina Kaufman en el año 2016.  Alina es una niña que ha sido miembro del Rosario de Niños por cinco años.

El poder del Rosario

El papel que los niños tendrán en nuestra Iglesia

El papel de los padres

Mission

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Vision

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Values