Oraciones de Consagración

Pedimos que cada grupo del Rosario de Niños sea consagrado al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de Maria, durante su primera reunión. De esta forma el grupo queda bajo la protección de Cristo y de Su Santísima Madre. Incluimos oraciones de consagración a continuación pero si prefieren usar otras esta bien. Tan sólo pedimos que sean oraciones de consagración al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María. Las oraciones de consagración pueden leerse al principio de esa primera reunión por la persona que es guía del grupo o por un sacerdote si tienen uno presente. Todos quienes participan están invitados a decir “amén” con su consentimiento.

Consagración al Sagrado Corazón de Jesús

Oh Jesús, sabemos que Tú eres misericordioso (Mt. 11:29),
y que diste tu corazón por nosotros,
el cual fue coronado con espinas por nuestros pecados;
Sabemos que aún hoy sigues suplicando
con nosotros para que no nos perdamos.
Jesús, acuérdate de nosotros cuando estemos en pecado.
Por medio de Tu Sagrado Corazón,
concédenos, que todos los hombres se amen unos a otros;
Haz el odio desaparezca entre los hombres.
Muéstranos tu amor,
porque todos te amemos,
y queremos que Tú nos protejas
con tu corazón de pastor
y nos libres de todo pecado.
Jesús, entra en cada corazón.
Llama a la puerta de nuestros corazones.
Sé paciente e incansable con nosotros.
Todavía estamos cerrados, ya que todavía no entendemos
Tu amor por nosotros.
Toca persistentemente y otorga, oh buen Jesús,
que abramos nuestros corazones a Ti,
al menos cuando hayamos recordado la pasión
que Tú sufriste por nosotros. Amén.

Consagración al Inmaculado Corazón De María

O Inmaculado Corazón de María, desbordando
de bondad, muéstranos tu amor por nosotros.
Que la llama de tu corazón, oh María,
Descienda sobre toda la humanidad.
Te amamos así.
Impregna el verdadero amor en nuestros corazones
para que tengamos un deseo continuo por Ti.
Oh María, mansa y humilde de corazón,
Acuérdate de nosotros cuando estemos en pecado.
Ya sabes que todos los hombres pecan.
Concede a nosotros por medio de Tu Corazón Inmaculado,
para ser sanados de toda enfermedad espiritual.
Al hacer esto, entonces seremos capaces de mirar
sobre la bondad de Tu Corazón Maternal,
Y así ser convertidos a través
de la llama de tu corazón. Amén.

Dibujos hechos a mano por Alina Kaufman en el año 2016. Alina es una niña que ha sido miembro del Rosario de Niños por cinco años.

Nuestra Santísima Madre, un lugar de refugio

Nuestra Santísima Madre está siempre guiándonos hacia su Hijo. Ella no quiere nada de la gloria para sí misma, en lugar de eso, ella toma nuestras manos y nos lleva por el camino más directo hacia su Hijo. Sus últimas palabras fueron registradas en las Escrituras de las bodas de Caná, cuando dijo: “Hagan todo lo que Él les diga.” (Jn 2,5 NAB).

 

Nuestro Señor desea ayudarnos dándonos su propia Madre quien lo nutrió y lo sostuvo a Él como a un niño y quien luego lo abrazó en la cruz después de su último sacrificio por nosotros. Nuestra Señora siempre tiene sus brazos extendidos a sus hijos… llamándolos hacia ella y a través de su intercesión al corazón amoroso de su Hijo, Jesús.

“Antes, por tí mismo, no podías. Ahora, has acudido a Nuestra Señora, y con ella, ¡qué fácil!” (San Josemaría Escrivá)

Nuestro Señor ha elegido a Su madre como un “canal místico, su acueducto, a través del cual Él hace Sus misericordias para fluir suave y abundantemente.” (San Luis María de Montfort en el Tratado de La verdadera devoción a la Santísima Virgen)

El Catecismo de la Iglesia Católica también reconoce a “la Santísima Virgen como Madre de Dios, bajo cuya protección se acogen los fieles suplicantes en todos sus peligros y necesidades” y reconoce “la devoción a la Santísima Virgen como un elemento intrínseco al culto cristiano.” (Catecismo 971)

Si alguien teme por dar demasiado honor a María, San Luis María de Montfort dice: “No damos nunca más honor a Jesús que cuando honramos a Su Madre, y la honramos simple y exclusivamente para honrarlo perfectamente a Él. Vamos a ella sólo como un camino que conduce a la meta que buscamos – Jesús, su Hijo.” San Maximiliano Kolbe hace eco a este sentimiento, “Nunca tengas miedo de amar a la Santísima Virgen demasiado. Nunca la podrás amar más de lo que Jesús lo hizo.”

Dibujos hechos a mano por Alina Kaufman en el año 2016.  Alina es una niña que ha sido miembro del Rosario de Niños por cinco años.

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